viernes, 14 de febrero de 2014

AMO A TODAS LAS MUJERES...

(que habitan en tí)

Amo a la Virgen Santa,
perfecta Inmaculada,
dogmática intocable,
de aura luminosa y pura.

Amo a la Guerrera,
indómita e indomable,
furiosa, iracunda o rabiosa,
fuerte, certera, valiente,
tenaz y perseverante.

Amo a la Niña herida,
en el dolor de su silencio callada,
en las sombras de su memoria olvidada
inocente culpable de pureza mancillada.

Amo a la Bruja,
la maga, la hechicera,
la chamán, la vidente,
la que cura lo que sangra,
la que sana lo profundo,
la que adivina el futuro
y libera la magia.

Amo a la Madre abnegada,
matriz que contiene y sostiene,
regazo prudente, útero cauto,
pecho que nutre y alimenta.

Amo a la Mujer libre que danza
al son de tambores y timbales
que mueve sus caderas sin pudor
ni juicio ni vergüenza.

Amo a la traviesa que ríe,
la que ríe alegre y fluye,
jugando liviana y suelta,
hasta que la misma risa se ríe.

Amo a la Mujer sensual
que me mira seductora y cómplice
como amante discreta.

Amo a la dama tímida
de belleza recatada
que me mira de reojo desde
el pálido oscuro rincón de su secreto.

Amo a la Bella Durmiente
que duerme y duerme y duerme
y de tanto dormir,
tal vez se olvidó de soñar.

Amo a la Dragona de fuego,
dominante, orgullosa,
que palpita en su húmeda cueva
anhelando la espada
del osado guerrero.

Amo a la Princesa,
cándida, elegante, ingenua,
paciente en su castillo de muñecas.

Amo a la Reina de Corazones,
siempre digna y distante,
dueña de su imperio silente
y esclava de sus palabras crueles.

Amo a la Cenicienta,
que limpia, pule, barre, plancha, friega,
sin descanso ni alivio
hasta que todo brille
reluciente, como en un anuncio.

Amo a la Sirena salada,
a la arpía voladora,
a la Centaura que no perdona,
al Hada celosa y fugaz
y a cada quimera aún no soñada.

Amo a la osa, a la gata,
a la yegua, a la perra,
la loba, la leona,
pantera o tigresa,
a la anguila, la cebra,
la jirafa y la hormiga.


Pero sobre todo te amo a ti,
porque tu alma
a todas ellas cobija,
tu cuerpo a todas ellas alberga.
Todas ellas habitan en tí…
… son bellas!
Y brillan… cuando son una.


1 comentario:

Yohana dijo...

Dignamente digo que si todas ella habitan en mi.