que todas las lunas sean luna de miel...
Que la luna te sonría cuando mengüe,
que el sol no se canse de dormir,
que las estrellas te sorprendan cada noche,
que cada día sea un regalo para ti.
Que ningún jote te guiñe el ojo
que los volcanes nunca se apaguen
que los Andes se pongan celosos,
que los bosques crezcan para ti.
En Sedna erigirán monumentos
admirarán tu sensual figura,
por haber llenado su órbita
de amor, cariño y ternura.
Allá muevan feroz guerra ciegos reyes
que yo tengo aqui por mía
la concupisciencia y tu osadía,
a quien nadie impuso leyes...
Anda,
deja que descubra los montes de tu mapa,
el magma fluyendo en tus venas,
la brisa fresca de tus orillas
y la marea incomprensible de tus penas.
Ven, baila, canta, brinca, juega,
piérdete en la alegría alegre,
que el horizonte te encuentre
contenta, señor, contenta.
Desde el mar a la alta cordillera, desde Sedna hasta Plutón,
de las cimas más altas a las simas más profundas,
debajo de cada piedra y detrás de cada arroyo del planeta,
en lo húmedo de cada bosque, y en lo árido del desierto,
sobre los glaciares australes y en el lejano ombligo del mundo...
en todos aquellos lugares escucharán el eco
del grito de júbilo de un hombre lleno de gozo
que deja escapar un susurro en los oídos de su amada...
simple y llanamente...
te amo.
Gracias Sabina, Espronceda, Aute y Alberto Hurtado, por favores concedidos...